COVID-19, huracanes y las comunidades agrícolas en Honduras: Una entrevista con nuestra organización asociada
February 10, 2021¿Cómo están afrontando las comunidades de laderas el doble golpe de COVID-19 y una intensa temporada de huracanes? Hablamos con nuestra contraparte local para conocer más.
[This article is also available in English.]
En Honduras, nuestra organización asociada, la Fundación para la Investigación Participativa con Agricultores de Honduras (FIPAH) y los grupos de agricultores y agricultoras con quienes colaboramos, están lidiando simultáneamente con los trastornos de la pandemia y las consecuencias de una desastrosa temporada de huracanes en 2020.
Nuestras responsables de programas, Beatriz Oliver y Gioconda Ortega-Alarie, hablaron por videollamada con varios miembros del equipo de FIPAH para que les pusieran al día sobre cómo les han afectado la pandemia y los huracanes y qué les ha enseñado esto sobre el trabajo que realizan en las comunidades, juntos con los agricultores y agricultoras.
Compartieron sus conocimientos y experiencias Paola Orellana (coordinadora regional en Yorito), Fredy Sierra (gerente administrativo de monitoreo y evaluación), José Jiménez (director ejecutivo), Carlos Ávila (coordinador nacional) y Verónica Zelaya (coordinadora regional en Jesús de Otoro).
[Nota: Esta transcripción de entrevista ha sido editada por razones de claridad y longitud.]
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): Honduras fue duramente afectada por la pandemia y los huracanes Iota y Eta. ¿Cómo está la situación hoy día en las zonas donde viven y trabajan?
Carlos Ávila (FIPAH): En cuanto a la pandemia los casos siguen aumentando en nuestra zona. Aún no tenemos cifras reales. Tenemos algunos problemas en las comunidades en infraestructura. Por ejemplo, retenes los cuales se han cerrado y no se puede acceder a las comunidades. Tenemos ese tipo de problemas en las comunidades donde estamos trabajando.
Si hablamos de cultivos. Si hablamos del cultivo del café, que es uno de los cultivos principales para la generación de ingresos de la familia. Ha sido afectado por las lluvias, disminuyendo la producción. También debido a la poca movilidad, se tiene problemas con la mano de obra para el café. Esto ha provocado una incertidumbre en las comunidades.
También el cultivo de los granos básicos, de maíz y frijol, fueron afectados severamente por los huracanes, disminuyendo la producción. A nivel de nuestros grupos, son los que han logrado producir cierta cantidad de alimentos en las comunidades. Eso es lo que ha permitido que haya algo de disponibilidad de alimentos.
Paola Orellana (FIPAH): Es importante destacar que los productores organizados en CIALes en este caso no tuvieron dificultades para acceder a granos y semillas, ya que estos tenían en sus bancos o en sus reservas comunitarias o familiares. Entonces eso es muy importante para nosotros rescatar, y en comparación a familias que están en la comunidad porque estas tienen limitantes de inseguridad alimentaria.
Cuando se cerró el municipio por mucho tiempo se vio la importancia de los sistemas locales de semillas.
Verónica Zelaya, coordinadora regional en Jesús de Otoro, FIPAH
Verónica Zelaya (FIPAH): Aquí [en comunidades rurales apoyadas por FIPAH] cuando se cerró el municipio por mucho tiempo se vio la importancia de los sistemas locales de semillas. Ya como estaba cerrada la entrada, la comercialización de los productos de canasta familiar se vio afectada. Quienes estaban proviniendo estos cultivos a la ciudad eran las comunidades. Vimos que en la ciudad el problema de alimentación es mucho más grave. En las comunidades tenían algunos cultivos para la alimentación y tenían semilla de las ellos saben seleccionar.
Gioconda Ortega-Alarie (Sembrando el Cambio): ¿Cuál ha sido el desafío más grande para ustedes y para su equipo en el 2020?
Paola Orellana (FIPAH): Cabe resaltar que el triple trabajo por ejemplo para las mujeres. Trabajar desde casa es una carga mucho más pesada. Estando en la casa se facilita que hay que atender a los niños. Esto para el equipo ha sido un reto, ver cómo se organiza el trabajo desde la casa, el teletrabajo. La nueva normalidad para nosotros todavía sigue siendo un reto porque las conexiones de internet por ejemplo que tenemos en la zona son muy deficientes. En cualquier momento estamos en una llamada de trabajo, se pierde la conexión al internet.
[En este momento, José Jiménez desaparece de la llamada.]
Ahora casualmente Jiménez dice que se fue la energía eléctrica en el lugar donde está, entonces tuvo que salir de la reunión. Todas estas cosas han limitado o han hecho que el trabajo se hace a nivel de las comunidades sea más lento.
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): ¿Las escuelas siguen cerradas?
Paola Orellana (FIPAH): Si, eso ha tenido muchas complicaciones para los jóvenes. Han tenido que llevar sus clases virtuales. Y en las zonas rurales no se tiene acceso al internet. Las personas que tienen un móvil para conectarse a veces no es suficiente para poder acceder por internet. Y las personas no tienen recursos económicos para comprar saldo o adquirir el internet. Entonces eso ha limitado mucho la educación. Y ya que las mamás en estos casos tienen que dar seguimiento a las tareas de los niños. Y en nuestras zonas rurales la mayoría de las mujeres tienen dificultades con leer y escribir. Entonces esto ha sido bastante complicado para ellas.
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): ¿Pueden compartir otros ejemplos de los tipos de desafíos que mujeres y hombres agricultores han enfrentado en el último año?
Fredy Sierra (FIPAH): En el campo, en las zonas donde estamos trabajando, el desafío de asentar a nuestra gente con la esperanza de que vienen mejores caminos, yo pienso que es el desafío más grande que tenemos.
Lo que pasa a nivel macro tiene efectos fuertes. Es decir nosotros podemos estar haciendo un buen trabajo para estabilizar al productor y desarrollar juntos con ellos muchas prácticas beneficiosas para su producción. Pero nosotros debemos estar luchando con la inseguridad. Son cosas que a nivel del país se vuelven un desafío.
Por eso las caravanas se organizan cada rato porque la gente ya no visualiza de qué manera puede hacerle frente a todo lo que se viene para la seguridad alimentaria, la seguridad de las personas, para asegurar un futuro provisorio.
Es una mezcla de cosas a abordar. Los desafíos son muchos…. Educacional y de acceso a la tierra y al crédito.
Indudablemente nosotros sentimos que donde estamos trabajando hay esperanza. Pero puede poder más lo que está viendo del productor al lado, si el vecino le dice “Yo me voy, y por qué no se viene usted conmigo?”
Verónica Zelaya (FIPAH): Se ha visto un aumento increíblemente alto de la violencia de género y la violencia intrafamiliar. Nosotros nos reunimos con las encargadas de las Oficinas de la Mujer, y los casos de violencia que hay en las comunidades realmente es muy triste. Tener al esposo, pasar todos los días en la casa cuando estábamos completamente encerrados. Al ver la frustración de no poder llevar el alimento a la casa, o problemas de alcohol también o de drogas eso aumentó la violencia para la mujer y para los hijos.
Y también tuvimos mucha limitación en la participación de reuniones de estructuras a nivel nacional como la Cadena de Frijol y a nivel municipal con las Redes de Mujeres. Por lo mismo, porque no todos los agricultores y agricultoras tienen acceso a internet en sus comunidades.
La comercialización para las pequeñas iniciativas que apoyamos se limitó bastante, porque todo estaba cerrado. A veces querían mandar a vender café pero no podían sacar el café a tiempo. Porque si pasaba algún retén, les podían quitar el café y la persona se iba someter a una sanción por andar circulando cuando no debía.
José Jiménez (FIPAH): En el área rural la situación del internet-wifi es más crítica por el hecho de que no existe. Por ejemplo, de los 25 estudiantes en el grado de mi hijo, 17 no participaron porque no tenían internet.
Verónica Zelaya (FIPAH): Hay bastante deserción de jóvenes y de niños de las escuelas. Imaginamos una familia con tres niños y que deben tener clases virtuales, no van a tener suficiente dinero para pagar un paquete de internet para que sus tres hijos estén en clase. Una señora nos decía que a veces le tocaba escoger cuáles de sus niños iba a entrar a clase en ese momento.
José Jiménez (FIPAH): Es una de las ventajas que tienen las compañeras y compañeros con los cuales estamos trabajando porque tienen la oportunidad siempre de poder agenciar a otros ingresos o bien alimentación a través de los sistemas agroforestales.
La situación con la pandemia más las tormentas ha vuelto crítica la situación en el país, no solamente a nivel del área urbana pero sino que a nivel del área rural. Y recuerden que en el área urbana se consume todo lo que se produce en el área rural, ¿no? Y si no hay ahí arriba, peor para que haya acá abajo. La situación de seguridad alimentaria es un desafío fuerte que el país está enfrentando.
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): ¿Reflexionando sobre los últimos 5 años del programa Semillas de Sobrevivencia, ¿qué efecto ha tenido ese trabajo en las comunidades que puede ayudar a la gente para hacer frente a las dificultades a las que se enfrentan ahora?
Carlos Ávila (FIPAH): Hay varias estrategias que hemos usado que han permitido tener mejores condiciones en estos tiempos difíciles. Una de ellas que se ve bastante reflejado ahora en las comunidades es el hecho de contar con esas capacidades locales de producir semillas y de almacenar semillas, y a la vez almacenar granos. Ese ha sido un punto clave porque este tema de la semilla se complicó bastante. De hecho, ha habido baja disponibilidad de semillas en el gobierno o en otras instancias. Son los agricultores los que han liderado estos procesos en las comunidades y a nivel regional. Entonces esta parte ha tenido buen impacto actualmente.
Y así podríamos mencionar otras áreas, por ejemplo, el tema agroecológico. Siempre hemos platicado a nivel de equipo, muchos agricultores que implementan este tipo de práctica en sus parcelas, sabemos que son más resilientes a estas situaciones como estas fuertes lluvias. Este tipo de sistema permite que los cultivos tengan mayores posibilidades de desarrollar, de producir, y de hacerle frente pues a situaciones adversas que provocan los excesos de lluvia como plagas y enfermedades.
Todos aquellos sistemas agroforestales que hemos impulsado y parcelas diversificadas han permitido a las familias a tener diversidad de alimentos en sus comunidades.
José Jiménez (FIPAH): Esto del fortalecimiento de capacidades ha sido una estrategia muy buena, que ha dado muy buenos resultados por el hecho de que el agricultor con mayor facilidad puede responder a estas problemáticas. A pesar de que no tiene dinero pero tiene el conocimiento para poder hacer un mejor manejo de su cultivo, un mejor manejo agronómico. Conoce cómo controlar plagas, cómo manejar sus enfermedades, los diferentes problemas que hay en el campo. Sabe y busca soluciones. Y esto también permite a que ayude a otros productores de la comunidad. Entonces vemos la importancia de la formación.
Paola Orellana (FIPAH): Las biofábricas han jugado un papel muy importante en la reactivación de los medios de producción ya que han podido dar respuesta al acceso y utilización de insumos de manera rápida y eficiente. Muchas de las organizaciones que están en la zona y que han querido dar respuesta están haciendo uso de estos insumos. Porque ya está probado que las prácticas agroecológicas que hemos venido promoviendo por años responden mejor en estas condiciones adversas de clima.
Fredy Sierra (FIPAH): Para mi una de las estrategias claves es que hemos devuelto la confianza al productor de que sí puede. Con esa confianza, el productor es capaz de resistir cualquier situación.
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): ¿Cuáles estrategias específicas de las que viene apoyando FIPAH son de crítica importancia en este momento en particular? Por ejemplo, Paola, ¿puede hablarnos de Bennis Margarita Castro y de las prácticas que está aplicando para hacer frente al cambio climático?
Paola Orellana (FIPAH): Esa compañera había implementado las prácticas de agroecología y de conservación de suelo y agua en su parcela en La Esperanza, ubicado en zonas de ladera, donde la mayoría de los agricultores siembran en pendientes que no son aptas para sembrar ningún cultivo, pero son las únicas tierras disponibles para hacer esas actividades. Ella y su marido han utilizado sistemas agroforestales, han metido obras de conservación de suelos y agua. Y en estas pasadas huracanes ellos no tuvieron problemas de derrumbe, de deslave ni nada de eso en sus parcelas, a comparación de los vecinos que perdieron gran parte de la parcela porque se deslizó el terreno. Entonces ellos pudieron comprobar que el hecho de poder manejar el agua, de poder tener diversidad de plantas dentro de una parcela, les da mejores opciones para poder enfrentar estos cambios adversos del clima. También esto agregado a que ellos tienen mejor disponibilidad de diferentes alimentos. Su dieta es mucho más variada. Incluso esto les permite tener algunos ingresos extras para mejorar la calidad de vida de sus familias.
Beatriz Oliver (SeedChange): (Sembrando el Cambio): Carlos, puede hablarnos de la importancia de la disponibilidad de semillas. ¿El almacenamiento de semillas de los bancos comunitarios será importante ahora?
Carlos Ávila (FIPAH): Ahora con esta situación que hemos pasado tanto la pandemia como los huracanes se ha evidenciado la necesidad de semillas en las comunidades. Mucha gente perdió su cultivo en su totalidad, de hecho, perdió la semilla. Hay muchos agricultores que extraen su propia semilla para la siguiente siembra, pero con estos huracanes y demasiada lluvia se perdieron muchas, muchas parcelas. Entonces el agricultor debe tener de dónde recurrir para poder renovar sus semillas. Y es ahí donde los CIALes, los Comités de Semillas, los bancos de semillas han jugado un papel importantísimo, proveyendo de esa semilla para que los agricultores puedan rescatar sus variedades y cultivos en las comunidades.
Siempre habíamos hablado de eso. Que toda esta dinámica iba ser para aquellos tiempos difíciles y nos llegó ese tiempo difícil. Nos dimos cuenta de la importancia de tener disponibilidad de semillas, de diferentes variedades, no solo de algunas, pero de diferentes variedades adaptables a todas esas condiciones agroecológicas que tenemos en el país.
José Jiménez (FIPAH): Hay muchos productores que están demandando las semillas que hemos desarrollado. Y de esta manera la semilla llega a otros productores en el país. Y por eso se han difundido bastante estos materiales. Hay que recordar que es un trabajo que desarrollan los agricultores para los agricultores.
Fredy Sierra (FIPAH): Nos da mucha satisfacción saber que los compañeros en la zona que los materiales que les hemos proveídos nosotros, que han sido desarrollado por los CIALes, dan mejor respuesta que el material que tenían. Eso nos motiva muchísimo. Nosotros estamos llevando una semilla apropiada en el momento apropiado. Y eso es importantísimo.
Gioconda Ortega-Alarie (Sembrando el Cambio): En el futuro, ¿por qué sería importante que se siga apoyando este tipo de trabajo?
José Jiménez (FIPAH): Para producir semilla están los CIALes. Los CIALes dan origen, a través de su trabajo de fitomejoramiento participativo, a esos nuevos materiales, bien sea partiendo de materiales mejorados o de materiales locales. Y producto de ese trabajo se generan nuevos materiales de semillas, que logramos difundir a muchos sitios. Hay productores que están fuera del alcance nuestro pero que logran mejorar su producción, su rendimiento, sus ventas. Pensar en los CIALes, los comités, los bancos comunitarios, los guardianes de semillas, las pequeñas empresas. Hay que fortalecer estas áreas que se necesitan.
La semilla no viene sola. Sino que viene acompañada de una serie de situaciones que es importante mantener y seguir fortaleciendo.
El hecho de que se fortalece las capacidades de los agricultores, indistintamente del tema que se trate, eso les ayuda que sean resilientes antes de las problemáticas que se presentan en las comunidades. Esto ha dejado claro cómo los agricultores han respondido durante esta pandemia y los problemas de las tormentas. Eso nos hace sentir muy orgullosos a nosotros.
Porque sabemos que a partir de ese trabajo hay comida. Sabemos que hay suficiencia alimentaria en muchos lugares donde se perdió todo.
Gioconda Ortega-Alarie (Sembrando el Cambio): Mirando 2020, ¿qué ha sido lo más gratificante para ustedes o ¿qué le ha dado esperanza?
José Jiménez (FIPAH): ¿Esperanza? La esperanza en realidad es lo último que se pierde.
El hecho de que nuestros agricultores hayan respondido a esta problemática. Yo recuerdo cuando Mitch en el 98, no teníamos ningún tipo de respuesta. Pero hoy vienen otros fenómenos diferentes y peores y tenemos respuesta de los agricultores. Eso nos da esperanza. ¿Qué quiere decir? que hay un aprendizaje. Los agricultores y nosotros también.
Y que organizaciones como SeedChange nos estén apoyando nos da esperanza. Es esperanza para nosotros poder apoyar a miles de Hondureños que están trabajando en las comunidades. No solo esperanza, sino que me emociona.
Y que Sally Humphries [colaboradora de muchos años, de la Universidad de Guelph] también esté con nosotros nos da esperanza. Sabemos que no estamos solos.
Fredy Sierra (FIPAH): Esa esperanza es lo que tenemos que transmitir cuando vamos a las comunidades.
Paola Orellana (FIPAH):
Es gratificante para mi ver como los productores son capaces de dar respuesta inmediata para poder reestablecer la producción en el corto plazo. Para nosotros es muy gratificante. Y como también esa semilla puede llegar a otras comunidades y otros municipios a través de otras organizaciones y también pueden ayudar a reestablecer la producción en otras zonas.
A pesar de las adversidades nosotros siempre sabemos que hay esperanza.
José Jiménez (FIPAH): Y más cuando vamos a La Esperanza, hay más esperanza todavía!!
All: [risas de todos]
Verónica Zelaya (FIPAH):
En mi caso, quería comentar el papel de las mujeres. Tenemos una compañera, Isidora García, siempre dijo los CIALs hacen que las mujeres se apropien de los procesos, que las mujeres hablen, que vayan dejando la timidez. Es increíble el crecimiento personal que van teniendo las mujeres.
Algo que es muy gratificante en lo personal es la relación que tenemos con los productores y las productoras. El hecho de que nos abren su hogar, nos dan esa confianza. Eso es algo que nos impulsa a continuar con este trabajo.
Carlos Ávila (FIPAH): Siempre con esta situación se confirma la importancia del trabajo en el campo. Esta pandemia me ha enseñado que es más importante estar en el campo produciendo alimento que otra cosa que se pudiera hacer. Estamos en mano de los agricultores.
Nos complace enormemente tener una organización como SeedChange que nos apoye.
Beatriz Oliver (Sembrando el Cambio): Muchas gracias por todo el trabajo increíble que realizan.